Desde hace dos años, la Universidad Cooperativa de Colombia campus Ibagué-Espinal, por medio de su programa académico de Medicina Veterinaria y Zootecnia, viene fomentando la implementación de programas apícolas en la región, como un modelo de producción sostenible y amigable con el medio ambiente, según José Javier Mesa Socha, profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de esta casa de estudios.
“Como todo en la vida, y en todas las profesiones, para tener éxito profesional y en nuestro quehacer diario, debemos tener una dosis importante de pasión, por eso consideramos que los apicultores son unos apasionados por la naturaleza, enamorados de la vida, de la conservación, la preservación del medio ambiente y del trabajo arduo, quizás de alguna manera siguiendo el ejemplo de nuestras amigas las abejas”, comenta.
Las abejas pertenecen a una familia muy importante de organismos que contribuyen en el equilibrio de la biodiversidad, dice. Ellas son conocidas como polinizadoras y encargadas de la reproducción sexual de las plantas por medio del transporte de gránulos de polen que ayudan a los procesos de fecundación y producción en una gran diversidad de alimentos de consumo humano; de ahí radica parte de su importancia ya que desde la existencia de ellas se han encargado de forma directa o indirecta de proveernos fuentes de alimentación.
Las abejas a su vez preparan el polen en forma de papilla en cuya composición incluye miel, agua, néctar y su propia saliva, para la alimentación de las larvas y el desarrollo de las colmenas, explica.
PROPIEDADES MEDICINALES
Son muchos los beneficios que nos ofrendan las abejas, tanto así que se esmeran porque sus productos contengan sustancias con propiedades medicinales para cuidar nuestra salud, entre ellos la miel, los propóleos y la apitoxina.
Desde hace muchos años se han utilizado los efectos benéficos de los productos apícolas a veces de forma empírica, pero en las últimas décadas ha tomado mucha fuerza la investigación en esta área, encontrando la existencia de una relación estrecha entre el flora apícola y los efectos medicinales, pero los trabajos van mucho más allá porque de forma científica se ha demostrado la importancia de los productos de la colmena como antibacterianos, cicatrizantes, antiinflamatorios, analgésicos, entre otros, efectos farmacológicos en diversas patologías. Además, cada vez se estudia más su aplicabilidad en tratamientos en Medicina Veterinaria.
“De alguna manera somos beneficiarios del trabajo de las abejas, por tanto, debemos cuidarlas como parte fundamental del cuidado de nuestro ecosistema y de nuestra estadía en este planeta”, acota.