El empaque biodegradable demostró tener actividad antimicrobiana y potencial para conservar alimentos. La invención está patentada por la Superintendencia de Industria y Comercio (Sic) de Colombia.
Investigadoras de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y la Universidad de Quindío desarrollaron un empaque biodegradable a base de clavo de olor, del que se extrajo aceites esenciales y resina. El producto no solo es amigable con el medio ambiente, sino que también actúa como un antimicrobiano, por lo cual sería un aliado potencial en la conversación de alimentos.
Las investigadoras demostraron que el clavo de olor, capullo seco de las flores del árbol Syzygium aromaticum, evita la acción de microorganismos dañinos para la salud como Staphylococcus aureus y Escherichia coli, que provocan diarrea y vómito. “El compuesto responsable de esta inhibición fue el eugenol, que es mayoritario de la oleorresina”, explicó Kelly Johana Figueroa López, magíster en Ingeniería Agroindustrial de la Unal Sede Palmira, a Periódico Digital.
Con respecto a la función de conservación de alimentos, los resultados arrojaron que se requiere de un 10 a 15% de oleorresina de clavo en las películas de gelatina biocompuestas — resultado de la unión de una serie de materiales vegetales que podrían reemplazar a los plásticos — para mantener su actividad protectora contra las bacterias.
El producto a base de clavo de olor está dirigido al sector de envolturas o embalajes flexibles para la industria alimentaria. De esa forma, se busca proteger y preservar productos como papas fritas, frutos secos, verduras, frutas, cereales, galletas o carnes. La iniciativa forma parte del proyecto “Empaques biodegradables inteligentes y activos para la conservación de lomos de bovino” y está patentada por la Superintendencia de Industria y Comercio (Sic).