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Julio 2020 | Noticias

Siguiente paso es producción orgánica

Invernaderos contribuyen a reducir el CO2 y a ahorrar agua

El cultivo en invernaderos trae consigo diversos beneficios. Se estima que una solo hectárea absorbe la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) que producen ocho coches al día.

Los invernaderos empiezan a ser cada vez más valorados por ser uno de los sistemas agrícolas  más sostenibles del mundo. Muestra de ello es que en la provincia española Almería se estima que cada hectárea de cultivo en invernadero absorbe la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) que el que producen ocho automóviles circulando durante un día.

Sus 30,456 hectáreas de invernaderos están absorbiendo constantemente CO2, lo que reduce  la incidencia del cambio climático y contribuye a la disminución de las temperaturas. De hecho, la media anual en Almería se ha reducido en 0.3ºC desde 1989 pese al calentamiento global, según el Diario de Almería.

José Manuel Escobar, experto en agronomía de invernaderos y dueño de la empresa LQA Thinking Organic, resaltó también que el riego focalizado que existe en los invernaderos contribuye a ser eficiente en el uso de agua. Según sus estimados, estos centros productivos agrícolas consumen veinte veces menos de agua que un cultivo en campo abierto.

Adicionalmente, gracias al sol y el clima del sureste de la península ibérica, especialmente de determinadas zonas de la costa mediterránea de las provincias de Almería, Granada y Málaga, este sistema no requieren calefacción y otras fuentes de energías contaminantes.

Este sistema se alista para dar un siguiente paso con la implementación de producción orgánica. Precisamente Escobar es uno de los precursores del control biológico en invernaderos, ya que ha hecho uso de insectos adecuados para combatir plagas. Asimismo, con los restos orgánicos que generan sus explotaciones obtiene compost de lombriz para desarrollar una bioeconomía sostenible.

Proyectos como los de Escobar se podrían masificar en el futuro ya que la Unión Europa (UE) busca sentar las bases de la transición hacia una producción y consumo de alimentos más sostenibles, con su programa “De la granja a la mesa”. La estrategia también apunta a  reducir el uso de pesticidas químicos.