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Octubre 2019 | Paltos

Un cultivo de pequeños y grandes productores

El aguacate Hass encuentra su segundo hogar en Colombia

En la actualidad Colombia desarrolla dos zonas aguacateras, ambas en la Región Andina del país, donde se siembra (o planta) la variedad Hass para exportación. Una en el departamento de Antioquia y otra en el Eje Cafetero (Risaralda, Caldas, etc.). La producción hoy proviene en un 70% de esas dos zonas. La variedad Hass está tan bien adaptada a estas condiciones agroclimáticas, con altitudes de entre 1.500 y 2.600 msnm, que para producir no requiere de riego y muchas veces tampoco de variedad polinizante o de colmenas para su polinización. Sin embargo, todavía quedan por resolver grandes desafíos, entre otros mejorar la poscosecha de la fruta y manejar la heterogeneidad de la misma en el huerto y en la empacadora.

En el aguacate colombiano están invirtiendo capitales locales, por supuesto, pero también chilenos, mexicanos, peruanos, norteamericanos y sudafricanos, entre otros. Es decir, cuenta con financiamiento y conocimientos provenientes de algunos de los principales centros de desarrollo del aguacate Hass en el mundo. En algunos casos estos inversores extranjeros se aventuran solos, pero en otros eligen hacerlo en combinación con inversores colombianos o, incluso, se dan combinaciones de capitales de terceros países.

En Colombia encontramos dos zonas productivas principales, ambas en la Región Andina de este país (el que se divide en 6 regiones principales). Una se desarrolla en el Departamento de Antioquia, en áreas cercanas a la ciudad de Medellín (Sonsón, entre otras), y la otra en el Centro Occidente (Risaralda y Caldas), en áreas cercanas a la ciudad de Pereira; aunque también hay áreas menores de aguacate en Tolima, Valle del Cauca, Cauca, Cundinamarca, Santander y Huila.

Hoy día las grandes empresas productoras, de diferentes orígenes, concentran sus operaciones en la zona cercana a la ciudad de Pereira, donde encontraron superficies más grandes para cultivar a mayor escala, en tanto que en Antioquia (cerca de Medellín), se han establecido principalmente proyectos de productores pequeños y medianos. En esta última área destaca la operación de la exportadora sudafricana Westfalia, la que –si bien produce en campos propios-, la mayor parte de su volumen exportado se basa en fruta producida en huertos de terceros.

Los pequeños agricultores colombianos -por lo general-, entran al aguacate recambiando total o parcialmente pequeñas superficies de café y banano, o de otros cultivos tradicionales. En tanto que los grandes proyectos -de capitales colombianos, extranjeros o mixtos-, que buscan áreas de mayor tamaño, han reciclado campos de uso principalmente pecuario, originalmente destinados a praderas para alimentación animal; los que –como casi no puede ser de otra forma en la Región Andina-, están ubicados en lomas o faldas de montaña.

 

ALGUNAS ENFERMEDADES IMPORTANTES

  • Pudrición de la raíz: Phytophthora cinnamomi
  • Marchitamiento de la planta de aguacate
  • Roña
  • Mancha angular del fruto
  • Pudrición del fruto por Rhizopus
  • Pudrición del fruto
  • Muerte descendente de ramas y brotes, antracnosis del fruto
  • Secamiento descendente, necrosis del injerto, pudrición del fruto
  • Nematodos

ALGUNOS INSECTOS PLAGA IMPORTANTES

  • Pasador del fruto: Stenoma catenifer walsingham (Lepidoptera: Elaschistidae)
  • Barrenador de la semilla
  • Barrenador de las ramas del aguacate
  • Escama
  • Escamas articuladas
  • Hormiga arriera
  • Trips
  • Monalonion
  • Chinches
  • Picudo del aguacate
  • Mosca del ovario

PISOS TÉRMICOS Y COSECHA CASI TODO EL AÑO

Las diferentes zonas productivas de aguacate Hass se pueden diferenciar en dos rangos de altura sobre el nivel del mar, lo que en otras cosas incide en las fechas de cosecha. Uno que va desde los 1.500 a los 2.100 msnm y el otro que va desde los 2.100 a los 2.500 msnm. En esas condiciones, una de las particularidades del aguacate en Colombia es que naturalmente se dan dos cosechas al año. A estas se las denomina Cosecha Principal y Traviesa (o Cosecha Secundaria), y por lo general de dan en una proporción referencial de 70 y 30%; pero la proporción de cosechas entre ambas varía entre pisos productivos y zonas, así mismo varía en cada huerto dependiendo de la temporada. La consecuencia productiva de esta gran cantidad de huertos ubicados a diferentes alturas sobre el nivel del mar y en distintas zonas de cultivo, es que la industria colombiana cosecha aguacate casi todo el año y en la práctica oferta fruta el año completo. Además, la ventana sin cosecha se va cerrando en la medida en que entran nuevas zonas al cultivo. Como ejemplo aplica el caso de la planta empacadora de la colombiana Cartama en Pereira, compañía que presenta el mayor volumen exportado en los últimos tres años. Esta planta la pasada campaña paró de procesar un mes, pero este año detuvo sus procesos por tan solo dos semanas.

Si bien el promedio productivo, como en el caso de casi todos los países aguacateros, no es tan impresionante, se lo fija en algo más de 12 toneladas por hectárea, igualmente es superior al promedio de países tales como Chile o México. Por otro lado, según se desprende de lo manifestado por los diferentes entrevistados, la alternancia productiva, en las condiciones de cultivo de Colombia, sería mucho más atenuada que en otras latitudes. En ese contexto general se habla, eso sí, de lotes que producen más de 25 toneladas por hectárea y algunos incluso más de 30 t/ha. Además de la pluviometría, entre las distintas zonas aguacateras y entre los distintos pisos térmicos, una de las principales diferencias agroclimáticas que inciden en la productividad es la cantidad de horas de luz solar al año de que se dispone, ya que hay zonas mucho más nubosas que otras.

ABUNDANTE LLUVIA Y BUENAS CONDICIONES DE SUELO

El monto de lluvia de las zonas aguacateras se mueve entre los 1.600 y los 3.000 mm al año. Es así que el aguacate Hass no requiere de riego en casi todas las zonas en que se ha sembrado (o plantado) hasta ahora. Si bien ese nivel de precipitaciones permite cultivar el frutal sin riego, esa práctica igualmente está siendo implementada u observada con interés por varias compañías de la industria, ya sea recién llegadas o consolidadas.

Las profundidad de suelo, el que por lo general es Franco, Franco limoso o Franco arenoso, normalmente supera los requerimientos mínimos descritos para la variedad, por lo que es muy frecuente que a la hora de plantar (sembrar), solo se cave un agujero cilíndrico para colocar en su interior la planta, luego del aclimatamiento. En otros casos la práctica se limita al paso de un arado en preplantación, para mover superficialmente la tierra. Si bien los suelos en general son altos en materia orgánica y de profundidad adecuada, igualmente los expertos aconsejan realizar estudios de suelos previos al establecimiento del cultivo.

Desde el punto de vista del agua y de las condiciones de suelo, en razón de la alta pluviometría, el principal cuidado de las empresas que siembran aguacate corresponde a asegurar un adecuado drenaje. Por esta razón, en casi todos los campos, se puede apreciar una gran cantidad obras orientadas a eliminar el exceso de agua, principalmente pozos y zanjas de drenaje.

Por otro lado, también debido a la alta pluviometría, el suelo del área aguacatera suele presentar ciertas deficiencias de nutrientes importantes, por ejemplo de elementos tales como calcio, fósforo o magnesio.

En este contexto, los portainjertos más usados corresponden a la misma variedad Hass, pero proveniente de semillas de plantas que se consideran bien adaptadas o competitivas en cada una de las zonas de cultivo (plantas que llegaron hace muchos años); o variedades de aguacates considerados nativos, al parecer de origen antillano. Sin embargo, también hay compañías grandes que han incorporado el uso de portainjertos clonales, tales como Dusa, para mejorar la calidad general de la planta y para uniformar los huertos. Si bien Phytophthora es una enfermedad importante, la principal limitante de los suelos de la zona aguacatera de Colombia que mencionan los expertos consultados, corresponde a asfixia por exceso de humedad.

VIVEROS Y CALIDAD DE LAS PLANTAS

El explosivo crecimiento de la superficie sembrada con palto Hass y la alta demanda de plantas que esto provoca, presiona la capacidad de propagación de los viveros aguacateros en Colombia, lo que genera preocupación en quienes adquieren plantas para sus huertos, en lo referente a la calidad y sanidad del material vegetal que reciben de los viveros. En el país están trabajando tanto viveros locales como de origen foráneo.

Como alternativa, algunas grandes compañías han decidido importar sus plantas, por ejemplo, de viveros californianos, y otras han decidido producirlas ellas en viveros propios, de modo de asegurar la calidad de sus árboles y la uniformidad de sus huertos.

MANEJOS CLAVE EN COLOMBIA: NUTRICIÓN Y CONTROL DE PLAGAS

Entre los manejos que se consideran clave para el éxito productivo destacan la nutrición, el control fitosanitario y la poda.

Nutrición tradicional vs nutrición técnica: de acuerdo a lo conversado con algunos técnicos de compañías importantes, el costo de la fertilización por hectárea ronda los US$3.000 por hectárea, lo que considera fertilizantes sólidos al suelo (NPK y otros), enmiendas calcáreas y, en ocasiones, fertilizantes foliares. Todo esto representaría cerca del 75% del costo total de los insumos para una hectárea de aguacate. Tanto la nutrición propiamente tal, como así también las enmiendas de suelo para corregir pH, son considerados como manejos clave. Los programas de fertilización han pasado de la práctica tradicional de fertilizar dos o tres veces por año, a una fertilización por calendario cada 45 días. Esto por las frecuentes e intensas precipitaciones, de modo de evitar la falta de nutrientes clave en momentos en que se juega la productividad, el calibre o la condición de poscosecha de la fruta.

Los momentos clave para la nutrición casi permanentes, considerando que se tienen dos períodos de floración y de cosecha en el año y que en los huertos, en un mismo período, naturalmente se puede tener flor, fruta pequeña, fruta mediana y fruta grande. Por esto, hay empresas que están evaluando incorporar sistemas de riego localizado, e incluso algunas están ensayando sistemas de goteo y microaspersión, lo que les permitiría aplicar nutrientes solubles por fertirriego. Sin embargo, existen algunas zonas bajas de menor precipitación, en que la práctica del riego se puede justificar ante la necesidad de aportar agua cuando la frecuencia de las precipitaciones no es la mínima requerida. 

Otro de los desafíos importantes en las condiciones de Colombia corresponde al control de plagas y enfermedades, lo que se relaciona con un entorno de vegetación exuberante y una gran biodiversidad. En este contexto, las aplicaciones de agroquímicos corresponden al otro 25% del costo total en insumos, alcanzando alrededor de US$1.000 por hectárea. Monto que considera insecticidas, fungicidas y acaricidas.

LA PODA: OTRO MANEJOS CLAVE EN COLOMBIA

Siguiendo con lo anterior, la poda no solo es un manejo clave desde el punto de vista productivo, ya que bien efectuada que permite tener fruta en todo el volumen de la copa del árbol, sino que además la presión de plagas obliga a mantener árboles aireados y bien iluminados, para que logren penetrar con facilidad los productos de control –químicos o biológicos-, así como también los enemigos naturales de las plagas.

En lo que respecta a la poda, las ideas se ha tomado de experiencias previas con la variedad verde Papelillo (local) o de prácticas provenientes de países tales como Chile, Perú y México. En principio la poda es semestral, dos veces al año, con la idea de pasar con el tiempo a podas anuales. Así mismo se están probando a nivel de ensayos, los efectos de reguladores de crecimiento inhibidores del geberélico. Pero con muchas dudas debido a la condición especial de tener dos floraciones y dos cosechas por temporada. 

 

ALGUNAS IMPORTANTES COMPAÑÍAS PRESENTES EN COLOMBIA

La colombiana Cartama: Hoy disponen de 2.500 ha para plantar, pero el objetivo a 2023 es llegar a las 3.500 ha.

La sudafricana Westfalia: 270 ha propias en la zona de Sonsón. Su mayor volumen exportado proviene de terceros productores.

La colombo-mexicana Colomich (Colombia Michoacán): planea terminar de sembrar 1.500 ha de aguacate en diversos predios en Guática, Toro y Trujillo en un plazo de dos a tres años.

La peruana Camposol: primeras 350 ha en Quindío. Más de 1.200 ha en total. 2.700 ha de aguacate en Perú.

La peruana Cerro Prieto: asociada con la antioqueña Fruty Green tiene 300 ha en Quindío y Risaralda. Cultiva 1.500 ha de aguacate en su país.

La chilena Agrícola Ocoa: compró más de 1.000 ha en Roldanillo.

La méxico-californiana Green Fruit: asociada con pequeños propietarios junta más de 1.400 ha.

Otras tantas compañías de distintos orígenes están buscando tierras para desarrollar sus proyectos. La hectárea de tierra apta para aguacate pasó de entre US$3.000-4.000 a US$8.000 y hasta US$12.000/ha y ha continuado subiendo de precio.

LAS MÚLTIPLES ESCALAS PRODUCTIVAS DEL AGUACATE EN COLOMBIA

Las miles de hectáreas del palto Hass en Colombia, Las cifras oficiales indican que a 2019 en Colombia ya hay cerca de 19.000 ha de la variedad Hass e etapa de producción. Sin embargo, a nivel de estimación de los involucrados en la industria, ya habría más de 30.000 ha de aguacate Hass, cuando se incluye en la cuenta la superficie que todavía no entra en producción. Dado el relieve montañoso donde se desarrolla la industria del palto Hass colombiana y por regulaciones medio ambientales que impiden o dificultan la deforestación de vegetación nativa, esta gran superficie se reparte atomizada en múltiples fincas de muy variado tamaño. Esta característica, si bien complica la gestión administrativa y de control de las grandes compañías productoras o exportadoras, por otro lado facilita a las diferentes unidades productivas disponer de mano de obra, siendo la Región Andina de Colombia un área de mucha población rural, la que se distribuye en gran cantidad de pequeños pueblos.

Dado lo explosivo del crecimiento de la superficie de aguacate, la capacitación de la mano de obra local aparece como uno de los desafíos importantes de la industria colombiana. Las principales labores que demandan mano de obra en el cultivo del aguacate corresponden a cosecha, desmalezado y poda (también se requiere en el empaque). El manejo de malezas por lo general se realiza a pie, con guadaña, desbrozadora mecánica (orilladora) y herbicidas. Sumando el costo de los insumos al costo de la mano de obra, el costo total de producir aguacate alcanza a entre US$5.500 y US$6.500 por hectárea.

En Colombia el aguacate Hass logra altas producciones, incluso sin incluir variedades polinizantes en los huertos. La explicación apunta a que gracias a las condiciones agroclimáticas del área productiva, las flores macho y hembra se abren al mismo tiempo, al menos una parte del día, durante los períodos de floración. Pero además, en muchos de los proyectos de aguacate Hass, no se considera el uso de colmenas de abeja melífera (Apis mellifera), para asegurar el proceso de polinización. En este caso la explicación radica en la gran cantidad de especies y de individuos por especies de insectos polinizantes. Entre otras, una gran variedad de especies de abejas silvestres.

CAPACIDAD VIAJERA DE LA FRUTA COLOMBIANA

Recientemente se celebraba que el aguacate colombiano ya puede entrar al mercado japonés y en el radar comercial de las exportadoras están los grandes mercados asiáticos en general, con China como estandarte. Todos mercados de enorme potencial, pero distantes. En Colombia la fruta se cosecha con entre 23 y 30% de materia seca para asegurar su calidad de consumo, rango que probablemente tenga que ser ajustado, porque podría resultar un alto cuando se quiere alcanzar mercados lejanos. Por esta razón, la industria colombiana está trabajando en mejorar la poscosecha de la fruta y en incrementar su capacidad de resistir un mayor tiempo de guarda y transporte. Ya hay experiencias, en base a simulaciones, en que la fruta ha resistido 35 días en condiciones de contenedor en tránsito. Tiempo suficiente para llegar en barco a China o Japón, por ejemplo, pero no para aseguras la suficiente vida de anaquel de la fruta, de modo de permitir una adecuada comercialización del producto.

Para mejorar este importante aspecto, en los contenedores en que se exporta aguacate desde Colombia ya se ha incorporado tecnología de atmósfera controlada, la que permite regular la concentración de gases (O2 y CO2) del contenedor y por esta vía la respiración de la fruta. Además se utiliza tecnología de monitoreo de temperatura y humedad relativa del contenedor en los envíos.

La industria del aguacate en Colombia, si bien a nivel global es una de las de menor edad y de las menos consolidadas, ya está demostrando un potencial tan grande como el consumo imparable del propio aguacate a nivel mundial. Hemos visto que esto ocurre por las excelentes condiciones agroclimáticas, el bajo costo productivo, la buena calidad de la fruta resultante, la ubicación geográfica privilegiada, junto otras tantas ventajas arriba descritas. Pero además, a nivel local, en esta industria ya es posible encontrar técnicos con más de 15 años de experiencia en el cultivo del aguacate y hasta con más de 20 años de trayectoria, y si bien aun no son muchos, son de buen nivel y conocen a todos los actores más o menos relevantes de la industria a nivel global. Ante tantos atractivos, la puntada final para el despegue de este nuevo polo productor-exportador de aguacate, la ha dado el arribo de grandes compañías con capitales y expertos provenientes de los principales países productores de la fruta en el mundo.